Los creadores de contenido estamos en continua búsqueda para descubrir y conseguir una fórmula mágica que transforme nuestros vídeos en virales. Para saber si verdaderamente ésta existe o no y cómo conseguir que un vídeo se haga viral, te recomiendo seguir leyendo la entrada de hoy.
Se tratan de vídeos específicamente diseñados para compartir en las redes sociales. Se caracterizan por ser de duración cortos, cercanos, y con un pequeño toque informativo.
Hacer un video viral se compara muchas veces con cocinar. Tener una buena receta y los ingredientes necesarios no garantiza el éxito, pero te ayudarán a preparar un buen plato. En este caso, tener “buenos ingredientes” te servirán para generar un vídeo que sea más fácil viralizarlo. Sin embargo, no descartes que, aun así, tengas dificultades para conseguirlo las primeras veces.
Por eso hoy no te enseñaré una solución rápida ni una garantía. Tendrás que agregar los “ingredientes” juntos, revolverlos e ir probando diferentes estrategias hasta que des con el éxito.
Te recomiendo que comiences viendo otros vídeos que ya se hayan vuelto virales y que te comiences a hacer preguntas como “de dónde vienen todas esas reproducciones” o “cuál es el factor clave que genera ese enganche”.
Otro aspecto a tener en cuenta y, aunque parezca mentira, la gente cuando más vídeos mira es en el trabajo. Por ello es recomendable que lances tu vídeo un lunes o martes. De este modo, también conseguirás que llegue al fin de semana con un mayor número de visitas.
En cuanto al tema, cuenta una historia. No se trata solo de mostrar lo bueno y experto que eres en un tema, se trata de que cuentes una historia personal, cercana, con la que quizás se viralice por el hecho de que la gran mayoría se pueden ver relacionados contigo.
Y, por último, no te olvides de la duración y el título. Lo primero que hacen las personas, después de leer el título, es verificar cuánto dura. Si dura diez minutos probablemente lo saltarán. Opta por vídeos de máximo dos minutos y, lo ideal, unos treinta segundos.